Fidelidad a la palabra dada
Hombre soy y de niño me enseñaron,
que cumplir con mi palabra fuera mi meta;
firme en mi voluntad pero discreta,
buscando la justificación si me dañaron.
Mis años de esplendor, hace que pasaron,
sin recurrir nunca a justificada treta,
mi palabra es real, firme y concreta,
y tolerancia y lealtad me acompañaron.
No necesito que nadie me comprenda,
y perdería sin dudar ajuar y hacienda,
con tal de ser le fiel a mi palabra,
Amando, ejerzo iguales directrices,
sin transformar modos ni matices.
Adoro a quien su corazón me abra.
B.G.C. 04/01/2012
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