El canto de los mares

Contribuimos constantes al comienzo de la vida
primer germen de criaturas hermosas.
Primera simiente que fue por dios esparcida,
hasta llegar a los hombres con sus vidas azarosas.
Somos en calma, espejo nítido del cielo.
En nuestra alocada furia de temidos tifones,
quebramos la esperanza y sembramos anhelos,
naufragios imprevistos, dolor en los corazones.
Titilan las estrellas en nuestra transparencia,
sumergimos atlantes en las profundidades.
Vida y muerte administra nuestra conciencia,
custodian nuestros abismos, pavor y vanidades.
B.G.C. 7/02/2012
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