Mi Musa

cuando necesita versar el alma mia,
le ofreces, miel y hiel el mismo día
haciéndome sentir ratón en ratonera.
¿Por que te me muestras tan lisonjera?
una mano me acaricia, la otra escondía,
la daga que sin piedad me heriría,
de implacable cuchillada certera.
Más no te puedo dejar y he decidido,
seguir confiando en ti y en tu cuidado
recordando tus caricias,no que fui herido.
Espero tenerte siempre a mi lado,
respetando siempre tu talante indefinido,
más reconozco que a escribir me has ayudado.
B.G.C. 21/03/2012
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