sábado, 1 de enero de 2011

Por favor no me hagais daño



Por favor no me hagais daño.


 En la densa opacidad de la noche,
el corazón helado me ha dejado
un profundo lamento sin reproche
emitido por un ser desesperado.

Gladiador he sido toda mi vida,
luchador en ocasiones, osado
nunca di batalla por perdida
conservando mi pendón inmaculado.

Me arriesgue en una y mil batallas,
por conocer la esencia de la vida,
nunca me faltaron agallas,
para coronar la aventura asumida.

Fortaleza me tribuían conocidos,
decisión yo aportaba a mis actos
tesón, lágrimas y miedos vencidos,
con la injusticia nunca pactos.

Conseguí la paz con migo mismo,
no llegue a conocer al ser humano,
no llego a comprender el mecanismo
que te haga traicionar a un hermano.

La experiencia de los años me ha servido,
para intentar ser coherente con mi vida
pero reconozco no haber comprendido,
el porque de la maldad o de la insidia.

Por eso que a estas alturas de mi vida
y experiencias acumuladas año tras año,
me permitirán que con humildad les pida,
como si un niño fuera no me hagáis daño.

B.G.C.

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